EL POLIFACÉTICO DE VILLAPENDI
Nació Miguel Olivar en Cortina (valle de Turón) en 1920 y al poco tiempo, por problemas de salud de su padre se trasladaron a Villapendi. Pero este falleció cuatro años después y el salario de sus hermanos mayores que trabajaban como ramperos en Hulleras de Turón con un jornal de cinco pesetas era insuficiente para el mantenimiento de la casa por lo que su madre se vio obligada a lavar la ropa de seis familias que le aportaban treinta y seis miserables pesetas al mes. Con estas estrecheces transcurrió su infancia en aquellos años finales del Directorio Militar que gobernaba el país. «De 1931 -habla Miguel- recuerdo que un día de la primavera el maestro sustituyó el retrato de Alfonso XIII por el del recién elegido presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y que las gentes celebraban el acontecimiento en la calle esperanzadas en la llegada de un nuevo orden que concediera más libertad al individuo, al tiempo que una mejora salarial a la clase trabajadora».
Su primer trabajo fue como rampero en S. Benigno con un jornal de siete pesetas
Luego, como es sabido, vendría la guerra y a Miguel le tocaría participar en ambos bandos como les ocurrió a muchos combatientes del Norte. Al concluir el conflicto comenzó a trabajar como rampero en el grupo «San Benino» con un jornal de siete pesetas. En 1963, para salvar el escollo de la producción y aumentar la plantilla, menguada por la fuerte emigración a Bélgica y Alemania, Hulleras de Turón crea una Escuela de Formación Profesional y Miguel es llamado para realizar funciones de monitor.
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