NOBLES DESEOS PARA UNA TIERRA HERIDA

                        Es algo que no podemos explicarnos razonablemente, pero a medida que pasan los años crece nuestra admiración por la tierra que nos vio nacer. Probablemente, este sentimiento tenga mucho que ver con las enseñanzas imbuidas en la otra escuela que siempre ha sido la paterna  y materna que es la misma. Sea como fuese, el caso es que la realización de una mejora en el valle de Turón nos ha de causar en todo momento una alegría difícil de describir. Quizás como la que experimenta cualquiera que recibe un golpe de fortuna, o la de aquel padre que ve a su hijo culminar una carrera universitaria, o la del hincha cuando su equipo favorito alcanza el campeonato, o la sensación placentera de aquella persona que se enamora por primera vez….(Extracto del libro «El enigma de Turón» pág. 235).      

                La búsqueda de esa «felicidad» ha sido para nosotros, desde hace ya bastante tiempo, como una obsesión, que nos ha tenido pendientes, sin solución de continuidad, de lo que se hacía y de lo que se dejaba de hacer en Turón, más bien de esto último. De esa preocupación me surgió un día un texto que fue publicado en La Nueva España hace varios años con el título «Cuentan de Turón que un día…». Algunas personas, después de haberlo leído,  tentados por la curiosidad subieron a Polio- me lo han manifestado personalmente- para comprobar si se habían  realizado las obras que se menciona en el siguiente artículo, lo que prueba que los turoneses, en general, están ansiosos de que la situación del Valle mejore más temprano que tarde.          

                      En este apartado, aparecen una serie de artículos en los que se pretende aportar una serie de ideas cuya aplicación sería de gran  muy utilidad para recuperar a un territorio, el valle de Turón, totalmente degradado por el más despreciable abandono al que lo han sometido  en las últimas décadas:

(Continuará)

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